Pese a que las condiciones meteorológicas, estuvieron a punto de hacernos suspender la andecha, al final fuimos arriesgados y las nubes se portaron. Aunque habíamos quedado para desbrozar el prao, cambiamos de actividad a última hora y nos pusimos a construir un murete de piedra en la antojana de la casa con todo el material que nos había sobrado de la obra. A lo largo de la mañana fueron apareciendo hasta 15 ramas que movían piedras, limpiaban escombros y zarzas como locas, partían leña a diestro y siniestro y poco a poco el muro iba tomando forma y al final quedó un patio (que algunos dieron en llamar andaluz) que atraía las miradas impresionadas de los vecinos que pasaban por allí. A la hora de comer casi teníamos acabada la tarea así que nos sentamos a comer con mucha hambre en el estómago y mucha satisfacción en la cabeza. Algo de vino y lentejas después, acabamos la tarea y comprobamos que el muro nos aguantaba a todos: objetivo cumplido!!! BIEN POR RAMAS. Nos vemos en la próxima.
mú guapu tó!
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